DESTACADASLA PROVINCIATapa

Al rescate de una producción ancestral

Segundas Jornadas Nacionales de Producción de Burros


Las comunidades de altura y pueblos originarios resaltan los beneficios para la salud que tiene su leche, la carne, el cuero y la grasa.

La biblia cuenta que Jesús llega al monte de los olivos y envía a dos discípulos a buscar una burra y un burrito en Betfagé, cerca de Jerusalén, ellos desatan los animales les ponen sus mantos encima, y Jesús se monta en la burra para entrar en Jerusalén cumpliendo así la profecía del Libro de Zacarías: «He aquí que tu rey viene hacia ti, humilde y montado en un burro». También llevaron a María cuando estaba embarazada. Es el animal más humilde de la creación, motivo por el cual fue el elegido para acompañar a la Sagrada Familia en el pesebre.

En recompensa al amor que el burro había demostrado, Dios hizo que la sombra de la cruz cayera sobre su lomo. Desde entonces, todos la llevan para ayudarnos a recordar su fidelidad. El burro simboliza la paz, y la mansedumbre, cargó a los pobres durante milenios llevando niños, mujeres y cargas en general y así como el ganado caprino es considerado la heladera de los productores el burro se constituye en la farmacia, como aseguran los pobladores de la puna.

Con el objeto de seguir sumando masa crítica en torno a esta especie, el 22 y 23 de noviembre pasado en los establecimientos productivos, “El Pichanal” ubicados en la localidad de Santa María y Famabalasto, Catamarca, se desarrollaron las segundas jornadas nacionales de producción de burros cuya organización estuvo a cargo de Rogelio Allignani y todo su equipo.

En el inicio, el médico veterinario puso de relieve la importancia de la leche de burra, así como los impactos de su producción en la salud y en la cosmetología haciendo una descripción de sus principios activos para el consumo humano y recién nacidos, “la leche se destina principalmente a niños con alergia a la proteína de la leche de vaca, sus características y cualidades la hacen similar a la leche materna”, aseguró.

Citando distintos autores resumió los principales estudios disponibles sobres las características y cualidades de la leche, destacando la composición proteica y nutricional de esa materia prima que además es rica en diversas proteínas protectoras con una fuerte actividad antioxidante, antibacteriana, antiviral, antifúngica, hipoglucémica, antiparasitaria y antitumoral, “por eso se la considera un alimento funcional para niños y adultos”.

A modo de ejemplo citó el caso de Italia donde existen sistemas de gestión privada de producción, “en Toscana proveen leche de burra directamente a los hospitales, bajo el marco de programas de salud pública, validados por el estado, otro de los usos en el mundo es para la cosmética humana, debido a sus propiedades específicas y antioxidantes.

En cuento al proceso de su extracción, Allignani resaltó el bienestar animal, “en el “Pichanal” pastorean temprano a campo y luego ingresan por la mañana al ordeño extrayéndose poco menos de un litro de cada animal”.

A su turno el médico cardiólogo Rafael Ramos, habló sobre la realidad médica del consumo de leche como medicamento ancestral en los Valles Calchaquíes, destacando sus propiedades funcionales y bioactivas, que mejoran las respuestas inmunológicas de los niños y personas mayores, y que, desde el punto de vista pediátrico aportan al crecimiento y desarrollo adecuado.
Posteriormente, la médica sanitarista Graciela Maturano capacitada en la Universidad de Sanscritti, Haridwar de la India, describió su especialidad -medicina ayurveda-, como un sistema de salud tradicional de la India que se basa en la idea de que la enfermedad se produce por un desequilibrio de la fuerza vital del cuerpo, en ese sentido la leche de burra ayuda a restaurar el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu.

Por la tarde, se presentó la línea de cosmética del “Laboratorio IVELOA” con una demostración sobre su uso que encabezó la cosmetóloga Sandra, Castello.

Para ilustrar sobre la utilización de su grasa en la medicina ancestral y campesina, Valeria González del profesorado de química de la Escuela Aurora y el Instituto IES de Santa María recordó que su utilización en el norte es tradicional, “no es novedad, es más bien un saber ancestral, en las casas siempre en algún lugar hay una grasita de burro. Hoy traje a este espacio el testimonio, y el saber empírico de Simón Marcial, un abuelo, un coplero, que no sabe leer ni escribir, pero que ha recibido de generación en generación la receta sobre la utilización de la grasa. Se trata de un recurso muy propio y de gran importancia, por ejemplo para hacer fricciones combinada con hierbas medicinales de la puna”.

Las jornadas a campo sobre el manejo en el Valle del Cajón, puna y pre-puna se desarrollaron el sábado en la Estancia “El Pichanal”, ubicada en Famabalasto a unos 70 km de Santa María circulando por la emblemática Ruta 40. En el campo, Luis Viaña veterinario del establecimiento acompañado por el Ing. Pedro Cancino, de la Agronomía de la zona de Santa María del Yokavil, expusieron sobre la perspectiva de desarrollo de la actividad con burros criollos.

El encuentro estuvo organizado por “El Pichanal”, destacándose la tarea de Jaquelina Galíndez, Silvana Toranzo y Noemí Reyes, quién tiene a su cargo el ordeñe diario de las burras. De la misma manera se destacó la participación en el ámbito académico de las Universidades Nacionales de Río Cuarto, Villa María y La Pampa.

Las jornadas además contaron con el apoyo del Ministerio de Inclusión Digital y Sistemas Productivos de Catamarca.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *